Castilla y León: La campaña del corzo empieza el 5 de abril

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Podrá cazarse hasta agosto y, tras un mes de descanso, desde septiembre a finales de octubre.

Según el calendario establecido por la Junta de Castilla y León en la Orden General de Vedas, el corzo podrá cazarse desde el primer domingo de abril al primer domingo de agosto y, tras un mes de pausa, desde el primer domingo de septiembre al tercer domingo de octubre.

La caza «a rececho» es una modalidad que se practica a pie y en la que interviene un único cazador que puede estar acompañando por un agente o guarda que supervisa la cacería. En este tipo de caza resulta fundamental el conocimiento del terreno y la querencia de los animales que, en caso de acompañante, suele ejercer el guarda que no solo vigila y controla sino que ejerce de guía. La utilización de una buena óptica para localizar el cérvido, evaluar su categoría y, caso de resultar satisfactoria, disparar con posibilidades de éxito, ya que estos animales no permiten grandes aproximaciones es necesaria. Prismáticos y mira telescópica son pues elementos casi imprescindibles.

La caza del corzo a rececho resulta muy apasionante y no exenta de dificultad, pues hay que aproximarse en contra del viento hasta tenerlo a tiro, aunque sin llegar al extremo del rebeco o la cabra montés en la alta montaña. En los últimos tiempos los corzos han proliferado de forma que sus poblaciones no presentan ningún riesgo de extinción. La proliferación ha hecho que colonicen nuevos territorios de monte y ribera donde su caza no está permitida al no figurar en los planes cinegéticos de los acotados.

Todos los acotados deben disponer de un número limitado de piezas que es preciso «precintar», una vez abatidas, para no excederse del número autorizado. Las fuertes nevadas del invierno han podido causar algunas bajas en las áreas de montaña, pero, según todos los indicios, estaríamos ante una buena campaña para el corzo. Abatir un corzo, sin precintarlo, puede suponer una indemnización de 6.000 euros.